LA EMPRESA
Nuestra Historia
Nuestra historia se erige como una de las más antiguas de la comarca ya que fue fundada en el año 1960 por Pilar Soriano y Antonio Morales, mis abuelos.
Se dedicaban a la cría de ganado, y ya algunos cuartos de ternasco vendían en su casa, así que decidieron emprender con los pocos recursos con los que contaban, abriendo una carnicería en la Plaza de España de la localidad.
Mi padre tenía 14 años cuando se puso detrás del mostrador para dedicar su vida a lo que siempre ha sido su pasión: la carnicería. Valorando la familia, el trabajo duro y la honestidad por encima de todo, ha dedicado su vida a dominar el oficio y a transmitirnos su saber.
En su recuerdo están de forma inolvidable los años de Mili, en los que pudo ejercer su profesión y salir del cuartel para trabajar en el Mercado Central de carnes de Zaragoza, donde aprendió técnicas de deshuese y fileteado de toda clase de carnes de los mejores profesionales .
Mi padre tenía 14 años cuando se puso detrás del mostrador para dedicar su vida a lo que siempre ha sido su pasión: la carnicería. Valorando la familia, el trabajo duro y la honestidad por encima de todo, ha dedicado su vida a dominar el oficio y a transmitirnos su saber.
En su recuerdo están de forma inolvidable los años de Mili, en los que pudo ejercer su profesión y salir del cuartel para trabajar en el Mercado Central de carnes de Zaragoza, donde aprendió técnicas de deshuese y fileteado de toda clase de carnes de los mejores profesionales .
Jose Mari
“Todo lo cortabamos a mano, hasta las chuletas de ternasco más finas”.
Fue unos años más tarde, cuando se casó con mi madre, Maria Rosa García, y juntos decidieron invertir todo su cariño y dedicación en convertir la Carnicería Morales García en lo que hoy en día es.
Durante aquellos años forjaron estrechas relaciones comerciales con los mejores productores de ternasco de la zona (que se mantienen en la actualidad) y llevaron a cabo el engorde y sacrificio de sus propios ternascos para con gran esfuerzo y dedicación ofrecer los productos de las más alta calidad. Ya en aquellos años contaban con saladero de jamones propios y sala de elaboración de embutidos.
Su lucha y esfuerzo por mejorar y crecer les llevó a servir a numerosos restaurantes, residencias y colegios de localidades vecinas, convirtiéndose en un referente entre las carnicerías de Valdejalón.
Además de esto, Maria Rosa y Jose Mari tuvieron dos hijos: Víctor y Luis Antonio.
Fue unos años más tarde, cuando se casó con mi madre, Maria Rosa García, y juntos decidieron invertir todo su cariño y dedicación en convertir la Carnicería Morales García en lo que hoy en día es.
Durante aquellos años forjaron estrechas relaciones comerciales con los mejores productores de ternasco de la zona (que se mantienen en la actualidad) y llevaron a cabo el engorde y sacrificio de sus propios ternascos para con gran esfuerzo y dedicación ofrecer los productos de las más alta calidad. Ya en aquellos años contaban con saladero de jamones propios y sala de elaboración de embutidos.
Su lucha y esfuerzo por mejorar y crecer les llevó a servir a numerosos restaurantes, residencias y colegios de localidades vecinas, convirtiéndose en un referente entre las carnicerías de Valdejalón.
Además de esto, Maria Rosa y Jose Mari tuvieron dos hijos: Víctor y Luis Antonio.
Maria Rosa
“Si no hubiera vivido en un pueblo no hubiera podido trabajar, llevaros en bici al colegio y hacer la casa”
Mi hermano, Luis Antonio, con su espíritu emprendedor, su búsqueda de la perfección y su inigualable capacidad de trabajo llevó a cabo el proyecto de abrir un nuevo establecimiento en el que además de la carnicería se incorporó el surtido de productos de supermercado con el que actualmente contamos.
El 11 de septiembre de 2006, meses más tarde de la apertura, mi hermano falleció en un accidente en un viaje de trabajo, durante las fiestas de la localidad. En aquellos difíciles años, mis padres siguieron al frente del negocio hasta que en 2009, cuando finalice mis estudios continué con el legado de mi hermano.
Mi hermano, Luis Antonio, con su espíritu emprendedor, su búsqueda de la perfección y su inigualable capacidad de trabajo llevó a cabo el proyecto de abrir un nuevo establecimiento en el que además de la carnicería se incorporó el surtido de productos de supermercado con el que actualmente contamos.
El 11 de septiembre de 2006, meses más tarde de la apertura, mi hermano falleció en un accidente en un viaje de trabajo, durante las fiestas de la localidad. En aquellos difíciles años, mis padres siguieron al frente del negocio hasta que en 2009, cuando finalice mis estudios continué con el legado de mi hermano.
Luis Antonio
“Si haces las cosas puedes equivocarte, si no haces nada seguro que no”.
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